Los equinoccios son los días durante los cuales el sol forma una línea perpendicular con el Ecuador, es decir, los días en que el sol pasa justo sobre la línea que divide a la tierra en hemisferio norte y hemisferio sur. Durante estos días, la duración del día será la misma que la de la noche. Por otro lado, los solsticios son los días del año en los que el Sol se encuentra más alejado del Ecuador, creando así el día con más luz solar en comparación con la noche, y también, seis meses después, el día con la noche más larga de todos. Por este principio es que se crea el horario de verano en algunos países del mundo. Pero estos fenómenos, no solo traen como consecuencia un cambio en el reloj, sino que también traen consigo, ciertos fenómenos espirituales
Durante el año, la Tierra se mueve con respecto al Sol, lo que crea estas variaciones, y al mismo tiempo crea una diferencia en la cercanía con las demás estrellas. En la época de invierno, se crea el día en el que nos encontramos más cerca de las estrellas, es por esto que durante los equinoccios nos encontramos con una cantidad espiritual mucho más alta. Muchos de los avistamientos espectrales han ocurrido de noche cerca de estos solsticios. Esto es porque nuestros espíritus están más abiertos a recibir la energía de las constelaciones ya que ellas tienen una conexión directa a nosotros durante esta época. Con este incremento de energía, los reinos de lo visible y lo invisible se benefician y las líneas que separan los mundos pueden volverse más tenues.
Por otro lado, durante los equinoccios, el momento en que el sol se encuentra justo sobre la Tierra y el día es más largo que el resto del año, podemos sentir una transición personal de espíritu y mentalidad. Este día del año podemos sentir como somos nosotros mismos somos los que generamos más energía. Nuestras virtudes y actitudes individuales son más notables ya que nos encontramos alejados de las constelaciones y no podemos recibir energía, por lo que creamos la nuestra.
De esta forma, las constelaciones se han alineado para que se aproveche la energía para mejorar el mundo. Durante los momentos en que nos encontramos más cerca de las constelaciones, en los solsticios, recibimos inspiración para crear cambios, y es durante los equinoccios que encontramos la fuerza para ponerlos en marcha y tenemos la determinación para cumplirlos y llevarlos a cabo. Un buen cambio consta de la cooperación del cosmos y nuestra propia energía. Obtenemos las ideas para cambiar de las estrellas, y la fortaleza para transformar el mundo de nosotros mismos.
Los solsticios son los días más espirituales del año y debemos aprovecharlos para entender el mundo y recibir sus energías positivas. En esos momentos es cuando entramos en sincronía con el cosmos para poder crear un mejor cambio en el mundo. Si le unimos a nuestra propia energía podemos lograr cumplir con cualquier meta que nos pongamos en mente.